El fútbol salvadoreño está en un limbo
Eduardo Vigil de Firpo y Rudy Clavel de FAS, en Usulután. La jornada dominical, suspendida. |
Donde no hay ganadores, sino solo perdedores reina el caos. Esa es la triste realidad del fútbol salvadoreño. Cuando no hay una cabeza, es imposible encontrar un orden.
Por los hechos suscitados en la última semana, los federativos quedaron inhabilitados, se canceló la Asamblea General del Fútbol, se habían suspendidos los partidos de las ligas profesionales.
El problema no terminó aquí. Los equipos no sabían qué hacer porque parar afectaba sus finanzas por sus compromisos con los patrocinadores y pago de planillas. La Comisión de Árbitros 'levantó la veda' y anunció el sábado que las designaciones debían cumplirse y que se desarrollara la jornada del fin de semana.
Un partido se disputó el sábado, Santa Tecla - Metapán; el otro no por lluvia, entre Alianza y Once Deportivo.
Todo parecía en orden hasta la noche del sábado, que se jugaría el resto de la fecha 2 del Apertura 2022 de la Primera División. Pero surgió una nueva problemática. La Asociación Salvadoreña de Árbitros Profesionales de Fútbol (ASAPROF) tomó postura oficial, de no presentarse a esos partidos porque no tenían respaldo de la FESFUT y podían sufrir sanciones de la FIFA.
Lo demás fue un bochorno total, los equipos viajaron a los respectivos estadios como el Barraza en San Miguel, Sergio Torres en Usulután, Toledo Valle en Zacatecoluca y estadio Cuscatlán en San Salvador.
Esto conlleva gastos de transporte, alimentación, viáticos. Los aficionados que creyeron ciegamente que habría espectáculo en los campos de juego se llevaron una menuda sorpresa y qué decir de los vendedores que dependen del fútbol para llevar sustento a sus familias.
Todo mal, mucho caos, comunicados por un lado y otro sin una verdad absoluta y creíble. Y lo peor de todo es que la FIFA no aparece a pesar de que vivimos en una época donde la tecnología acorta distancia y tiempo.
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